
¡Qué impaciente era Manda! ¡No podía estarse quieto!... así que Mulungu no tuvo más remedio que pintarlo..¡pero vaya cómo lo pintó!no lo pensó ni un minuto.
Aquí os dejo otro pajarillo por si queréis seguir pintando como el rey Mulungu, pero ya sabéis cómo hay que hacerlo... con cuidado y eligiendo los colores con paciencia.
